Siempre hay gotas de sangre por las noches
después de atardeceres junto al fuego
en que se queman horas y deseos
y nada nos descubre el engaño del tiempo.
Como una mano amante la tarde se desliza
buscando una oquedad de cielo abandonado
para olvidar la lluvia.
Siemprre hay gotas de sangre entre las sábanas
dormidas de la cama.
De Par
después de atardeceres junto al fuego
en que se queman horas y deseos
y nada nos descubre el engaño del tiempo.
Como una mano amante la tarde se desliza
buscando una oquedad de cielo abandonado
para olvidar la lluvia.
Siemprre hay gotas de sangre entre las sábanas
dormidas de la cama.
De Par
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