Transcurren fugaces los minutos,
como los días,
y marcan con su paso las vidas,
el trabajo diario,
la pegajosa angustia del silencio,
las batallas perdidas o ganadas
en noches que duraron un instante
para volver borrosas cuando hoy
llega el insomnio a golpear los ojos.
De La espera inevitable
como los días,
y marcan con su paso las vidas,
el trabajo diario,
la pegajosa angustia del silencio,
las batallas perdidas o ganadas
en noches que duraron un instante
para volver borrosas cuando hoy
llega el insomnio a golpear los ojos.
De La espera inevitable