Se desplazan
las nubes
a través de
la luz
hacen vivir
la sombra en la montaña,
dibujan mapas de ocultos territorios
sin ríos,
sin fronteras,
que el mar
refleja y desdibuja.
El rojo de
la tarde se convierte en un barco
y el vuelo
de los pájaros anuncia
la plenitud
del agua como velo.
La tarde
gris ya sólo puede
descubrir al
viajero su soledad
en el leve
rumor de su cadencia.