Buscamos cada día
un pretexto cualquiera
para seguir viviendo,
para seguir fingiendo
que han valido la pena
los trabajos, los besos,
las miradas perdidas,
las tardes junto al agua,
la ropa por el suelo
y las sábanas llenas
de sudor y de asfixia.
Y cada día acaba
pensando que el siguiente
será otro y distinto.
De La espera inevitable
un pretexto cualquiera
para seguir viviendo,
para seguir fingiendo
que han valido la pena
los trabajos, los besos,
las miradas perdidas,
las tardes junto al agua,
la ropa por el suelo
y las sábanas llenas
de sudor y de asfixia.
Y cada día acaba
pensando que el siguiente
será otro y distinto.
De La espera inevitable
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