El paso de los días
nos trae la memoria de otras horas.
Desfilan por las calles
cuerpos que fueron un refugio
para otros cuerpos
perdidos hoy
en el fondo oscuro del recuerdo
o en el bolsillo de un abrigo
en una nota antigua con números borrosos.
A veces por las calles
los perros olfatean las respuestas,
ocultas para siempre en el asfalto,
a todas las preguntas,
que cuerpo a cuerpo,
que cuerpo sobre cuerpo,
pudo borrar la lluvia de unos labios.
De La espera interminable
nos trae la memoria de otras horas.
Desfilan por las calles
cuerpos que fueron un refugio
para otros cuerpos
perdidos hoy
en el fondo oscuro del recuerdo
o en el bolsillo de un abrigo
en una nota antigua con números borrosos.
A veces por las calles
los perros olfatean las respuestas,
ocultas para siempre en el asfalto,
a todas las preguntas,
que cuerpo a cuerpo,
que cuerpo sobre cuerpo,
pudo borrar la lluvia de unos labios.
De La espera interminable
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